martes, 26 de mayo de 2009

¿Y QUÉ SER?

Al plantearse metas en la vida, y al hacerse conciente (en cierta media), nos interrogamos sobre ¿qué seremos cuando grandes? O ¿quién seremos?. Pues esa preguntamos es el primer paso a una reflexión que nos permite enfocarnos hacia lo que podamos ser, hacia la fijación de unas metas claras y el encaminarnos a un proyecto de vida. Ya que muchas de las inquietudes que nos acongojan en la pubertad, la adolescencia, y en muchos casos en la juventud, tiene que ver con el hecho de establecer el que será de nuestras vidas en futuro.

Empezamos divagando inicialmente sobre los modelos que tenemos cerca. Los primeros gustos en la infancia se enfocan hacia los padres, divulgamos de forma acérrima que queremos ser y hacer lo que nuestros padres son, soñamos con parecernos a nuestro padre en ese trabajo en el que uno considera que es como ese súper héroe de comic que sin importar lo que haga creemos que esta salvando al mundo y sentimos un orgullo por decir que es lo mejor que se puede hacer en el mundo, incluso asumiendo conductas y comportamientos que ellos realizan como el de vez en cuando imitarlo poniéndose su uniforme, probándose sus zapatos, o cargando su maletín con ese orgullo ciego de ser como nuestros padres.

 

Al crecer un poco nos damos cuenta que nuestros padres tal vez no eran lo que estimábamos, observamos de forma muy critica lo que hacen incluso hasta en ocasiones es vergonzoso decir que hace papá o Mamá, cruel mente es normal, porque tendemos ha no desear en ocasiones siquiera a parecernos a ellos, el trabajo que desempeñan ya nos es lo mejor y nos guiamos por estigmas sociales en los cuales de acuerdo a lo que hacemos se nos asume una clase social o un estatus, la cual muchas veces no deseamos pertenecer. Porque es diferente ser hijo de un doctor importante que puede ganar 2 millones de pesos, a ser hijo de un mecánico que pudiese ganar solo 500 mil pesos.

Establecemos una rebeldía hacía el núcleo paterno y materno, en el cual no expresamos nuestras inconformidades, pero si criticamos y hasta ocultamos con mentiras tan simples pero ofensivas, como el negar lo que nuestros padres hacen o los negamos a ellos. Se nos olvida quienes somos y de donde venimos. Estimamos más lo que materialmente nos puedan dar, que el tiempo y el sacrifico que invierten en nosotros. Pero nos fijamos es en el capricho que no pudieron complacernos, en el permiso que no nos dieron, en la cantaleta que parece copiada por todos los padres, que versa así “quiero que sea más de lo que yo he podido ser”, o “no quiero que en la vida le pase lo que a mi me paso”. Y no tenemos en cuenta lo importante que es el hecho de que nadie se sacrificaría por uno como ellos lo hacen, que nadie más va a estar siempre cuando se necesita que un padre una madre, y que cualquier otra persona o personas se vayan ha sentir tan orgullosos y satisfechos con nuestros logros que nuestros padres.

Optamos por los segundos modelos en la vida, los amigos o conocidos de la vida de juventud, o los ídolos mitificados que todo el día escuchamos o seguimos por televisión, radio y prensa, al cual uno simplemente más que imitar deseamos remplazar. O quien en la vida no ha soñado con ser ese jugador de fútbol que todos los principales y más importantes equipos de en el mundo quieren comprar. Ser esa despampanante modelo que se ve en todas las portadas y comerciales de cualquier producto. Estar en la pantalla de televisión siendo ese actor o actriz reconocidísimos por su talento, su presencia y su reputación. O ser ese cantante o músico que gana premios y se vive un sueño hecho realidad en el cual hace lo que quiere, como lo quiere y cuando lo quiere.

Envalentonadamente afirmamos el hecho de emularlos y ser incluso más que ellos, pero en este punto es que nos desubicamos ya que de ser así, ¿qué estamos haciendo para conseguirlo?.

Muchas veces al establecer un proyecto de vida y fijar metas claras para el futuro, afirmamos que queremos tener muchas cosas, un carro ultimo modelo, una casa en el mejor sector de la ciudad, el estudio en la mejor universidad del país o en el extranjero. Y una pareja que parezca modelo de revista. Pero porque conseguirlo si nuestros padres con el esfuerzo y sacrificio con el que han vivido no lo han conseguido. O si realmente es el hecho de que para hacer algo simplemente hay que proponérselo y hacerlo, sin que le digan que hacer, o se espere a que otros lo hagan por uno.

Hay momentos en la vida en el que uno independientemente de lo que se tenga o lo que no se tenga, tiene que pensar por uno mismo, siendo reales y aceptando la realidad, y más que desear conseguir un sueño, plantearse y seguir un ideal.

Tenemos expectativas tan vagas e irreales, que empezamos planteándonos proyectos de vida que finalmente remplazamos cada vez que se pueda, por diversas ideas de lo que queremos o lo que más fácil se pueda hacer. Nos encaminamos a querer nada más.

Muchas personas quisieran ser muchas cosas, pero no son concientes de sus limitaciones para hacer lo que desean. no buscan integrar sus gustos con la labor que piensan desempeñar, sino el adquirir un renombre. Planteamos ilusiones tan irreales que cuando ya tengamos un vida impuesta nos limitaremos a ser y hacer lo que n osa toca para subsistir, porque en el momento de hacer una inducción y enfocarse a verdadero y coherente proyecto de vida.

En la vida hay cosas y oportunidades que se presentan una sola vez, el hecho es saberlas aprovechar al máximo, implementando todos los conocimientos que se nos brindan, el ser concientes y pararnos en lo que somos, tenemos y en nuestra limitaciones. El querer y tener más, pero por merito, consiguiéndolo por si mismos y esforzándose. Y buscando ante todo soñar arto para buscar el realizar esos sueños, en lo posible como deseo y meta de lo que se quiere llegar a hace o ha ser.  

 

Lucas 

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