lunes, 11 de mayo de 2009

LA AFECTIVIDAD EN EL AULA DE CLASE

Muchos de los referentes que se establecen al buscar una intervención de los factores negativos situados en el aula de clase, se enfocan hacia las problemáticas que dentro del proceso de enseñanza aprendizaje, se hacen evidentes y constantes en la estrecha relación del ser humano con el conocimiento.

Se parte de diversos análisis de factores psicopatológicos y trastornos en el aprendizaje, donde a partir de las agrafias, discalculias, y toda una serie de anormalidades y patologías estipuladas por los diversos manuales de psicología y pedagogía, que identifican bajo criterios claros y específicos, diferentes patrones de anormalidad en el aprendizaje. Por lo cual se hace clara la intervención de este tipo de problemáticas por parte de pedagogos, psicólogos y docentes osados, con el ánimo de aumentar el factor de aprendizaje en el aula por medio de la identificación de este tipo de anormalidades y búsqueda de una intervención dentro del aula, o una remisión a especialista de acuerdo al estudio y desarrollo del caso, ya que estos son recursos que se ofrecen en los proceso de formación de los actuales docentes y se integran como el manejo que dentro de las instituciones escolares actuales se ofrece en cuanto a su infraestructura, donde el psicólogo y el pedagogo más que un lujo es una necesidad.

Así mismo desde la pedagogía, - y sin pretender generalizar en crítica -, se vinculan una serie ya casi inmencionable de modelos y tendencias en la pedagogía que anteponen la moda del docente como generador del aprendizaje, de los estudiantes como centro de los procesos de enseñanza aprendizaje, de los espacios creativos y de desarrollo lúdico, de las críticas a los aspectos socio económicos para un cambio radical en la educación. Por mencionar algunos de las características y elementos más relevantes trabajados hasta ahora, que se asumen como ideología y metodología dentro del aula en el desarrollo docente cotidiano.

Se busca con gran devoción, el desarrollar poder identificarse y desarrollar currículos más contextualizados y razonables de acuerdo a las necesidades reales de un país como Colombia, en el cual los niveles de miseria, violencia y desigualdad social, son un limitante real para la educación y proyección laboral y de vida. Donde cada vez es más efímero el surgir por merito propio y esfuerzo personal. Donde cada vez se muere más de hambre y de resignación. Donde se limita el poder sobrevivir, antes que el buscar o pretender vivir con calidad de vida. Hechos que generan inquietud y hacen que surja un interés real y constante en la búsqueda de mejorar los sistemas educativos, y que las personas realmente se formen en igualdad de concepciones, ideaciones y condiciones, social, política, económica, cultural y hasta vivencialmente.

El denotar a la par algunos de los elementos relacionados con la educación, son los vinculados con los contextos escolares, que asumen de manera criticona y simplista, el juzgar los entes de formación como instituciones y docentes, sin buscar mejorar y generar cambios. Hecho por el cual muchos de los centros de formación básica y Profesional pululan de elocuentes Doctores y Maestros que no saben formar, y pretenden enseñar, que generan inconformidad y desidia en el querer educar. Instituciones que sobresalen por su renombre y por sus tan anheladas acreditaciones, pero que simplemente siguen incrementando sus estados financieros sin un interés real de formar y tal vez educar.

Muchos de los factores expuestos solo hacen referente a los diversos malestares que dentro de la educación y los espacios destinados para está se presentan. Que de alguna manera se han intervenido y en algo han buscado mejorar los procesos institucionales y de formación. ¿Pero serán los factores correctos para ser intervenidos?.

Se ha desarrollado una tendencia a la especialización de las problemáticas y la búsqueda de una intervención que valla de acuerdo a las características del problema, y en la educación ni que se mencione. Pero los verdaderos factores que no se han intervenido – por lo menos de manera directa – son los hechos afectivos que surgen en el aula. Donde desde las primeras observaciones de Roger y Maslow, en el humanismo se vinculan desde la psicología el trascendente hecho emocional y afectivo que se hace presente en los escenarios escolares (aunque ya lo habían planteado algunas escuelas pedagógicas), donde mencionaba el hecho inherente del ser humano de sentir, de emocionarse y de reaccionar.

Un aula de clase puede ser considerada un espacio multifactorial donde se establece todo un reservorio experimental de hechos afectivos. Donde el docente con su imposición de autoridad, delegada muchas veces por las frustraciones personales y profesionales (ya que en Colombia, en muchos de los casos se es profesor porque no se tiene una mejor opción laboral y le toca trabajar en un colegio. Pero son pocos los casos en los cuales se cuanta con la habilidad la capacidad y la entrega para ser formados para considerarse docente), que de alguna manera explicita frustra o incentiva con su misma emocionalidad las ambiciones creadoras y precoces de los estudiantes. Siendo un limitante que hace que los educandos no se motiven con los hechos de aprendizaje y cada vez más se desvinculen de los procesos escolares,

Los estudiantes provenientes de contextos sociales cada vez más conflictivos y deformadores socio afectivamente, donde los núcleos familiares se reducen al televisor, a un computador con acceso ilimitado a la Internet, a colegas y compañeros de edad casi más ignorantes que ellos que buscan alcahuetear antes de orientar, ¿pero cómo? y ¿de qué forma?. Complementado por figuras paternas y maternas representadas fielmente en las fotos de la sala pero ausentes de los contextos familiares, limitándose a dar de manera desmesurada y buscar sustituir la interacción, la falta de tiempo y la enseñanza delegada de la afectividad, con todas la innovaciones tecnológicas y toda serie de bisuterías que facilitan solo la buena vida, y crean un apego a cosas materiales y a ideas de gusto e intereses a referentes en ocasiones socialmente perjudiciales, como las contraculturas, las tribus urbanas, el pandillaje y las conductas sexuales desaforadas que solo los llevan a unos deseos inmensionables de tener el mundo a punta de pataletas y caprichos sin hacer el mayor esfuerzo y sin tener elementos reales de personalidad, que los lleven a confrontar de manera incoherente cualquier problema que se les presente en su cotidianidad, y cada vez más las conviertan en exagerados respuestas que llevan incluso al suicidio.

Todo ello conllevaría a una exploración más exhaustiva de la intencionalidad humana de educar, de formar de “enseñar”, de observar si los verdaderos limitantes de la crisis en la educación están directamente relacionados con el ignorar la individualidad del otro, de menos preciar su humanidad, de incomodar su existencia, de violentar la tolerancia, de sentir como humano a otro humano en el reconocimiento de la afectividad en el aula de clase.

Desde las perspectivas sociales, muchos de los factores que definen una cultura y una sociedad son generados y desarrollados a través de la educación, por lo cual históricamente se han observado y denotado algunos países por su amplio desarrollo en diferentes aspectos, todos exaltados por el trabajo de la educación. Así como el establecer que desde su estructura se puede denotar el alcance de la educación. por lo que buscar intervenir este proceso tan relevante desde su principio básico, la interacción en el aula de clase entre docente y educando.

El docente en su esencia e ideal según el establecimiento social o ideal de rol, es dotado del conocimiento, la pedagogía y la metodología que acompañados del arte integral de ser un ser humano, debe generar un aprendizaje que no se limite a la acumulación de datos y habilidades, sino que buscar modelar y moldear a los estudiantes como un ideal de ser útil a su contexto y coherente en su planteamiento de proyecto de vida, incitado por la experiencia y la sabiduría del educador, que como referente y modelo serviría más de ente de formación que los mismos contextos familiares y sociales.

Pero el conflicto parte en que los docentes no quieren asumir ese papel de maestros en cuanto a la formación de bocetos de vida y proyecto de seres felices, e integral y complementario en su trabajo con los estudiantes. Aunque sería el ideal de la educación en complemento con la adquisición de conocimientos, el desarrollo de expectativas y pautas de vida en la toma de decisiones reflejadas en el aprendizaje y proyectadas en el estudiante gracias al docente.

El recurso humano brindado y expuesto en un aula de clase es el que le da sentido a la educación. En relación a los intereses sociales, las expectativas de los estudiantes y desarrollo profesional de los docentes, lo que le da el sentido a la trascendencia y formación de ese hecho contextual, es la marca afectiva y motivacional que se genere incondicionalmente por el docente hacía sus estudiantes.
LUDWING LEONARDO “LUCAS” CORREA ALARCÓN

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