martes, 26 de mayo de 2009

¿ENSEÑAR O EVALUAR?

Al hablar de educación referenciamos la importancia de centrarnos en los estudiantes como foco de un proceso, que a su vez, resulta cada vez más polémico, porque se asume que el papel directo del educador y de las instituciones es la de enseñar. Esta afirmación nos lleva a preguntarnos muy socrática y aristotélicamente en trascendencia, pero también de forma irónica, si en la realidad como educadores ¿enseñamos?.

 

Ocurre que al estar relacionados con la educación, siempre se hablará de enseñar, pero como se enseña?. Ya que desde las controversiales y paradigmáticas reformas educativas dictaminadas por el Ministerio de Educación Nacional, que encaminan al establecimiento de de lo positivo que podría ser la enseñanza dentro de escenarios educativos, y que por medio de un docente enfoquen a las personas a adquirir un saber, pero para dicha finalidad es imperante más que ser recursivos, el hecho de hacer que los conocimientos relacionados en un aula sean sino totalmente, si por lo menos parcialmente interiorizados y así los “Educandos” puedan apropiarse de él.

 

Al poner como meta y finalidad el transmitir unos saberes que le puedan ser útiles y en alguna forma aplicables a sus estructuras mentales e ideológicas, pero de ser así, que conocimientos serian los que se deben elaborar en los escenarios educativos, es más como se deberían enfocar y transmitir?.

 

Pues a partir de los cambios estipulados a lo largo de la historia de la educación y pedagogía en nuestro país, se ha relacionado que en sus inicios relacionados al siglo XX, los programas y planes curriculares debían fundamentarse en los contenidos a desarrollar dentro de las aulas. Haciendo un énfasis en la importancia de acumular temas y plantear procesos, en los cuales memorizar conceptos era lo que evidenciaba un ponderado aprendizaje, pero no lo integral dentro de la enseñanza.

 

Sin embargo en las connotaciones pedagógicas y educativas establecidas cerca de los setenta y principios de los ochenta, donde el establecimiento de programas institucionales a nivel de educación básica, se fundamento en los contenidos de las asignaturas que se consideraron importantes, lo que llevo a otro desacuerdo con lo relacionado no solo a la aplicación sino también a su evaluación, pues se enfoco más hacia la búsqueda de saturar de contenidos y temas, que por el mismo procesos del estudiante. Así se hizo más difícil el desarrollo de las asignaturas durante los periodos escolares, pues hasta la evaluación resulto ser in - interpretable porque entre más acumulación de conocimientos , más era el desvarió conceptual que tenían los estudiantes.

 

Entonces los nuevos vientos de cambio ahondaron en la necesidad inherente de adquirir no solo una nueva forma de legislación con respecto a al educación, sino también el imperante de poder evaluar los procesos reales que se desempeñaban dentro de una aula tanto para los estudiantes como para los docentes.

 

Dentro de las reformas políticas instauradas en los años noventas, la principal reforma fue la Ley 115, una impetuosa innovación con lo referente a educación, y a su vez un planteamiento muy utópico de lo que podría ser la educación según modelos planteados y aplicados en Norte América en los sesentas y setentas, y una tentativa improbable estimada en Europa. Por lo que resulto a su vez muy polémico en el sentido de cambiar incluso la forma de evaluación de los tortuosos y rígidos números pertenecientes a una evaluación de carácter cuantitativo, a las confusas mal interpretadas y hasta incomprendidas letras de orden cualitativo.

 

Se busco el establecer proceso donde se integraran los conocimientos encaminados a algo tangible en perspectiva, pues ya se evaluaba por logros. Ósea que como estudiante - ya se tenia algo, se conseguía¡-, pues el conocimiento ya se relaciono con la ideación de un aprendizaje más conciente por parte de los estudiantes donde se brindo la oportunidad de recuperar y replantear sus propios procesos. Pero se estaba listo para este tipo de cambio para algunos radical?.

 

Fehacientemente muchos de los docentes sometidos a este tipo de cambios impositivos, evidencio una total apatía por este tipo de evaluaciones y procesos, ya que en muchas instituciones , incluso hasta hoy en día se contextualiza este tipo de procesos con el que hacer educativo, somos y fueron resultado de un proceso impositivo donde el aprender en muchos casos fue un privilegio, y una necesidad, donde mal o bien, se aprendía a la fuerza con cifras que evidenciaban lo bueno o malo que era para hace decir o realizar algo dentro de un aula y en cualquier asignatura.  Por el contrario observar el incremento de importancia como prioridad que se le ha dado a la educación desde dicha reforma, donde se plantea igualdad de condiciones y derechos para la educación, pero a costa de qué?, y en que condiciones?, ya que podemos observar que las políticas educativas dictaminadas por el Ministerio de educación son cada día más elaboradas y en cierta forma buscan complementar los procesos escolares con la aplicación de los conocimientos dentro de las aulas, con su vida cotidiana y real. 

 

Muchos de los planteamientos legislativos impuestos a través de la Ley 115 y sus continuas ampliaciones con los diferentes decretos pro siguientes, simplemente crearon un caos existencial en las metodologías desarrolladas por los docentes hasta ese entonces, lo cual de algún modo resulto positivo con la búsqueda de nuevas y más creativas reformas a la forma de dictar una clase por así decirlo. Busco el mejorar los procesos de posible enseñanza dentro de los escenarios escolares, pues ya no solo se fundamento en la transmisión de conocimientos, sino se busco que se incentivara a la apropiación de dichos saberes, enfocados a que el estudiante les diera una utilidad real y de acorde a su situación social.

 

Pero incluso así hubo desacuerdos y confrontaciones de tipo ideológico y hasta practico porque se requería de más tiempo para la evaluación que aunque inicialmente se estableció como conceptual y formativa dentro del proceso del estudiante, resulto ser una imprecisión en el momento de entender el por que se evaluaban los procesos con letras que simplemente determinaban conceptos rotulados de Insuficiencia yo excelencia, pero  a su vez no integro la posibilidad de apropiarse de los conocimientos por parte de los estudiantes, porque los procesos a su vez fueron más flexibles y hasta absurdos con respecto a que el estudiante podía tener la posibilidad de aprobar incluso habiendo finalizado el año, lo cual creo un desinterés casi generalizado por ir a las escuelas y colegios a prender por gusto y verdadero interés.

 

Son muchos los aspectos a criticar con respecto a la evaluación  y establecimiento de programas por logros, pero lo curioso es que ya cuando se estaba empezando a acostumbrar socialmente al tipo de evaluación y así mismo al tipo de enseñanza, se cambio por otra nueva ideología ya un poco más arraigada con los intereses mundiales, y con las políticas de gobiernos industrializados, que es la evaluación por competencias. En la cual se busca establecer una competitividad escolar en busca de un proyección futura de ideales de  productividad, lo cual simplemente nos evidencia que de acuerdo a los procesos escolares de una persona y su acoplamiento a estos, establecerá un procesos de incursión adecuado en una sociedad productiva.

 

Así entonces la educación se fundamenta en el desarrollo de procesos escolares encaminados a la continuidad de conocimientos a través de las aulas, y en busca de un acoplamiento social y productivo, para lo que es necesario constatar su coherencia y efectividad por medio de la evaluación, que en ultimas mide resultados. Entonces de acuerdo a estos planteamientos de los nuevos modelos educativos aplicados en la actualidad, la finalidad de la educación se encamina hacia la misma dirección de las políticas de estado, lo cual es positivo, aunque lo único que realmente podría considerarse como ilógico es que la educación se encamine cada vez más y como decrecientemente sé a observado al pasar del siglo XX y en principios de este XI, que la educación es solo un sofisma que busca hacer personas útiles pero incapaces de crear critica y plantearse interrogantes sobre su papel real en la sociedad. O es eso lo que se plantea en este nuevo tipo de planteamientos educativos? O obra que esperar los resultados dentro de otros diez años más reprochándonos solo lo negativo que dejo.

Lucas

No hay comentarios:

Publicar un comentario